#Impuesto sobre el alcohol en los vinos tranquilos y espumosos
La Unión Europea dicta un tipo de gravamen armonizado sobre el alcohol en el vino y las bebidas fermentadas, estableciendo el tipo mínimo como referencia a todos los países miembros, y son estos quienes deciden el impuesto a aplicar en cada caso. Es por esta razón que encontramos grandes diferencias en lo que se refiere al impuesto sobre el alcohol en los vinos tranquilos y espumosos, además de en otras bebidas fermentadas.
Los impuestos sobre el alcohol recaen directamente sobre la fabricación, y la diferencia con respecto al IVA es que no puede deducirse en ningún caso, y repercute sobre el coste final de producción o adquisición. Son muchos los países de la Unión Europea que lo aplican.
El caso más curioso, es el de Francia; primer productor de vino a nivel mundial, está aplicando ya este impuesto sobre el alcohol en los vinos tranquilos y espumosos, de momento, de forma simbólica, pero que sienta un precedente que podría extenderse a otros países como el nuestro, que actualmente, solo aplican el tipo mínimo exigido por la normativa europea, que es un tipo 0.
Observamos que el 58% del impuesto sobre el alcohol en los vinos tranquilos y espumosos, va directamente a la recaudación de las CCAA.
Destacar países como Suecia, Finlandia, Reino Unido e Irlanda, como los países de mayor tributación, mientras que España, Italia, Chipre, Austria y Luxemburgo, están al final de la lista.
La regulación de este impuesto está normalizada a nivel europeo, y se encuentra contenida en la LEY 38/1992, de 28 de diciembre, estableciendo el tipo mínimo, actualmente, permitiendo a cada País aplicar el gravamen que estimen oportuno en cada caso.
¿Podría subir el precio de los vinos tranquilos y espumosos en España?
Es un escenario posible, y no se descarta, lo que repercutiría directamente sobre el precio de compra en los vinos. Como veremos en la tabla siguiente, otros países están aplicando estos impuestos directamente al productor, no permitiendo su deducción. Sin duda, este impuesto grava el producto final en el mercado, y podríamos pagar más en la adquisición del vino en España en el futuro.
Es posible encontrar grandes vinos con una relación calidad precio insuperable en nuestro País, la aplicación de este impuesto podría cambiar la situación, y encarecer estos productos.