…fusión entre arquitectura y vino? #Bodegas Portia

Siento pasión por la arquitectura y el diseño. El magnetismo que ejercen ciertos proyectos hace imposible que desvíe la mirada y siga mi camino, evitando caer bajo su campo de atracción; así impactó el edificio de Bodegas Portia sobre mi mente. ¿Cómo es la fusión entre arquitectura y vino en Bodegas Portia?

Le Corbusier decía que la arquitectura tiene que conmover, pero también tiene que servir. EL proyecto de Norman Foster no sólo está pensado para hipnotizar con su imponente estética, sino que además está centrado en la máxima funcionalidad que requiere una bodega, haciendo racional el uso de cada una de las distintas salas que conforman el proceso de elaboración. Tal es así, que su diseño se basa en las tres fases principales de elaboración, la fermentación, la crianza en barrica y la crianza en botella, con un núcleo común, que sirve además para conectar entre sí estas partes.

María, la persona encargada de marketing y comunicación de la bodega, nos ha explicado, con detenimiento, sobre una maqueta, como el arquitecto se inspiró para dar vida a Portia, como escogió los principales materiales que la componen, y el por qué de la elección. El uso de acero, de madera de roble y de vidrio, está presente en toda la bodega, y cobra más relevancia dependiendo del proceso que en cada sala se desarrolla.

La cobertura del edificio es de acero corten, que fue escogido por el color oxidado para reflejar el color de la tierra, parte indispensable en el desarrollo de la vid.

Su planta simula una flor de tres pétalos unidos por un corazón central. Bodegas Portia se dispone a su vez en tres niveles de altura, utilizando la gravedad para la recepción de la uva, lo que provoca un aplastamiento de esta, y la liberación de su jugo, para pasar a las mesas de selección y despalilladoras, antes de llegar a los depósitos donde tendrá lugar la fermentación.

Impresionan los volúmenes que ofrecen una enorme dimensión, con espacios diáfanos, separados entre sí por compuertas que aíslan unas zonas de otras. Cada zona ha sido diseñada en función del proceso que en ella se va a desarrollar, pensado cada detalle para aportar la máxima funcionalidad.

Si el diseño del edificio ya me resultaba atractivo, la disposición de los espacios interiores y su funcionalidad, han hecho que valore aún más a Foster. Por algo es uno de los grandes maestros de la arquitectura del siglo XIX. No ha dejado un solo detalle al azar, sino todo lo contrario, ha comprendido a la perfección el proceso para el cual tenía que diseñar un edificio.

Sin duda, la arquitectura y la uva se unen tras estos muros de hormigón, para permitir la elaboración de grandes vinos, con el máximo respeto.

Sin olvidarme de la sala donde descansan las botellas, el lugar donde el vino continúa su evolución después de que la barrica se haya ensamblado perfectamente, para terminar de afinar sus virtudes. La sala de exposiciones, ya que no puede verse bajo otro prisma, alberga un botellero único en el Mundo, es el lugar ideal para terminar la visita, antes de catar sus vinos.

Quiero agradecer a María su atención durante la visita guiada por Bodegas Portia.