#Cartadevinos, sabes cómo confeccionarla?
Deberemos tener en cuenta que la carta de vinos es la tarjeta de visita de las bodegas, que nuestro restaurante ofrece al cliente. Por lo tanto, deberemos cuidar aquellos aspectos importantes para su presentación como: el orden, la limpieza, los borrones o faltas de ortografía.
Por otro lado, deberemos seguir criterios cómo el tipo de restaurante que tenemos, su ubicación, la oferta gastronómica, antes de decidir qué vinos estarán en nuestra bodega. Es importante que el lugar dónde los almacenemos esté ventilado, con una temperatura y humedad controlada, separados los blancos de los tintos, y a su vez, de los cavas o champagne, ya que su temperatura de servicio es diferente.
El menú es la base en la que se apoya todo el restaurante: la atmósfera del local, la mantelería, la cubertería, la cristalería, y la actitud del personal. Debemos ser conscientes que generamos sensaciones, en nuestra mano está que proporcionen placer al degustar nuestros clientes.
La presentación de una carta de vinos es fundamental para atraer la atención de nuestros clientes, por ello, escogeremos el diseño adecuado según el restaurante que tengamos. Este debe permitirnos realizar cambios sin la necesidad de tener que modificar toda su estructura. Puede ocurrir que se nos agote uno o varios vinos, y necesitemos sustituirlos o eliminarlos.
Pensemos que una carta de vinos es un instrumento de comunicación, por lo tanto, ¿por qué no incluir en ella citas de poetas, viñetas satíricas o algún diseño báquico para que acompañen a la presentación de los vinos?
Para organizar una carta de vinos, seguiremos un orden lógico en la presentación, empezando por vinos espumosos, cavas o champagne, siguiendo por los vinos de aguja, los vinos blancos, los rosados, y finalmente, los tintos. Distinguiremos los vinos nacionales de los internacionales. El orden nos lo marcarán las Denominaciones de Origen, destacando los vinos de nuestra región. Empezaremos por los vinos más jóvenes, y continuaremos el orden atendiendo a su tiempo de crianza.
Queremos que nuestros clientes se lleven una buena impresión, por ello, no sólo escribiremos el nombre del vino y su añada, sino además, la denominación (DOCG, DOC, IGT, VT), el nombre de la bodega, las variedades de uva con las que ha sido elaborado, y su precio.
En caso de disponer de la opción de elegir algún vino por copa, podremos especificarlo en la misma presentación, o en una sección aparte. De la misma manera, podemos jugar en otra página con recomendaciones que iremos eligiendo según el menú que hayamos elaborado.
Es importante que tengamos en cuenta los cambios de nuestra carta de vinos en dos épocas importantes, primavera y otoño, ya que se produce el cambio de productos frescos, con los que nos distinguiremos para ofrecer a nuestros clientes un menú atractivo y delicioso, propio de la temporada en la cual nos encontremos.
Sin olvidar, que nuestro sumiller, o en caso de no disponer de él, nuestro personal deberá conocer la carta de vinos al igual que la oferta gastronómica, para aconsejar al cliente en todo momento, ya que es la cara visible de nuestro restaurante, a quien confiamos lo más importante que tenemos, nuestros clientes.