#Vinos para compartir
Existen diversas razones de porqué elegir una botella de vino mágnum en lugar de decantarnos por el formato de 0,75L. El tamaño importa, nos asegura el doble de la cantidad de vino en las mismas condiciones, además de otras razones que os explicamos a continuación.
Es importante saber que el vino evoluciona dentro de la botella, sigue su proceso natural de crianza y afinamiento, y cuanto más lento sea este proceso, mayor estabilidad y uniformidad conseguirá. Por ello, es importante mantener unas condiciones de conservación y mantenimiento óptimas, y garantizar el perfecto estado de nuestros vinos. Los formatos más grandes, como las botellas mágnum, son menos susceptibles a los cambios de temperatura debido a su masa, aún así, estas condiciones deben ser adecuadas siempre, para garantizar su perfecta conservación.
Las botellas de formatos grandes permiten está evolución más lenta, ya que mantienen la misma microoxigenación a través del corcho, debido a que tienen la misma sección del cuello de la botella, pero con un volumen, que en el caso de las botellas mágnum, es el doble que el de una botella de 0,75L; una de las razones que debemos tener presentes a la hora de elegir entre un formato u otro, ya que mejora las cualidades de cualquier vino, y sus virtudes aromáticas y gustativas se multiplican.
A menudo nos encontramos ocasiones en las cuales, o bien nos han invitado a una cena en la que vamos a ser unos cuantos, o hacemos de anfitriones en nuestra casa, y debemos pensar en el vino, y estimar el número de botellas que se beberán. Son ocasiones perfectas para pensar en formatos mágnum o superiores.
Otra ventaja de las botellas mágnum es su evolución a lo largo de la celebración, ya que en primer lugar, nos aseguramos que el vino que serviremos a todos los comensales será siempre el mismo, y nos permitirá (dependiendo del número de invitados), experimentar su evolución a lo largo de la velada, pudiendo disfrutar de más de una copa.
El vino desvela sus secretos lentamente, al entrar en contacto con el oxígeno va liberándose del encorsetamiento que le mantenía encerrado, permitiendo así, la exaltación de sus virtudes aromáticas celosamente guardadas. Es por ello, que las botellas de vino mágnum nos ofrecerán más matices que las del formato de 0,75L, ya que disfrutaremos por más tiempo de la misma botella.
Existen otros muchos formatos mayores que las botellas mágnum, pero no son tan manejables y cómodas para servir, por ello, pensamos que las ventajas que nos ofrecen los mágnum son ideales para disfrutar en cualquier ocasión.
Es cierto que el precio de una botella mágnum es ligeramente superior al de dos botellas de 0,75L, pero su desembolso, merece la pena, si el número de personas va a demandar esta cantidad de vino. E incluso, para aquellos que invierten en su propia bodega, ya que al experimentar una evolución más lenta, y una exposición menor a la microoxigenación, su longevidad se incrementa también.
En el mercado encontramos otros formatos especiales como: doble Mágnum o Jeroboam (3 L), Rehoboam (4,5 L), Mathusalem (6 L), Salmanazar (9 L), Balthazar (12 L) y Merchor (18 L). Regalos especiales sin duda.