Sidra

El consumo de la Sidra en Bretaña en auge

La casa de La Sidra

El consumo de la Sidra en Bretaña en auge

El consumo de la Sidra en Bretaña en auge

La sidra se produce en Bretaña desde el siglo XVI, pero a finales del XX perdió popularidad. Ahora, los jóvenes están reavivando la tradición gracias a métodos y sabores de toda la vida.

Nos adentramos en la finca Julien Sauvée, en Melesse, al norte de Rennes, para saber más sobre este zumo de manzana. Para él, el momento de pensar en convertirlo en sidra es cuando al colocar un periódico detrás, la transparencia del zumo es tal que le permite leer todas las palabras.

Julien pertenece a la tercera generación de una familia dedicada a la agricultura, donde además de sidra producen leche y carne de manera orgánica en su finca de Pradenn. En el otoño, cuando las vacas pastan a sus anchas es cuando Julien se centra en este brebaje, la sidra: «cuando comencé a encargarme de la finca con mi padre, supe que quería producir una sidra diferente pensando en la gente joven.» Para ello comenzaron a cultivar una variedad distinta de manzano, y dieron una imagen más actual a las etiquetas, aunque los métodos de elaboración son exactamente los mismos que empleaban generaciones pasadas.

La amenaza a desaparecer de esta bebida, que desde la edad media llenaba las mesas bretonas, se produjo en la década de los 60, cuando los propios agricultores locales se centraron en la ganadería olvidándose de la sidra. Pero gracias a una nueva generación de productores como Julien, la sidra está recuperando su posición. En Rennes, hoy es típico degustar en sus creperías las famosas galettes (una especia de tortitas hechas con trigo sarraceno) rellenas de salchichas, queso, huevos o jamón, acompañadas de una sidra. Su carácter frutal hace que la combinación con las galettes resulte perfecta.

La sidra se ha vuelto tan popular en Rennes que hoy no solo la sirven los restaurantes sino además, se puede encontrar en tiendas especializadas de licores. Los jóvenes cada vez demandan más una bebida que en el pasado, prácticamente la bebían solo los mayores y algunas mujeres. Hoy en día, cada vez más gente habla de la sidra y la bebe.

La venta de leche y carne permite a Julien dedicarse a la sidra, un negocio complicado por si solo, con bajos ingresos y una dependencia total del clima, que sin duda marca la calidad de la cosecha, y la hace diferente cada año.

Recorrer la finca de manzanos y probar las manzanas que no existen en otro lugar, la clave para elaborar una buena sidra.