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Se puede decir que FRANCISCO BARONA ha nacido debajo de las cepas. Lleva el viñedo en las venas, su padre es viticultor, su abuelo y bisabuelo también lo eran. Su pasión por la viña y el vino hace que viaje a Burdeos, alli se licenciará en viticultura y enología, obteniendo los reconocidos títulos de BTS VO y DNO.
Un vino procedente del viñedo La Finca de las Dueñas plantado en vaso en 1928, en el municipio de Anguix. Añada 2017 caracterizada por la baja pluviometría del invierno...
La añada de Francisco Barona está caracterizada por un invierno y una primavera relativamente secos, dieron origen a una brotación temprana de la viña. La escasa...
Añada 2020 caracterizada por un invierno y una primavera relativamente secos, dieron origen a una brotación temprana de la viña. La escasa pluviometría durante todo el...
Se puede decir que FRANCISCO BARONA ha nacido debajo de las cepas. Lleva el viñedo en las venas, su padre es viticultor, su abuelo y bisabuelo también lo eran. Su pasión por la viña y el vino hace que viaje a Burdeos, alli se licenciará en viticultura y enología, obteniendo los reconocidos títulos de BTS VO y DNO.
Después de trabajar en varias bodegas de prestigio mundial, Francia, EEUU y Sudáfrica, en 2009 regresa como enólogo a la Ribera del Duero, tierra donde nació y creció entre viñedos.
En 2010, con tan solo 25 años, convencido de encontrarse en la mejor región vitícola del mundo, comienza a desarrollar una idea que tenía en mente desde hace tiempo: recuperar viñedos centenarios de la Ribera del Duero y elaborar vinos singulares, auténticos y diferentes.
En 2011 con sus primeros ahorros y sin temblarle el pulso, compra 5 majuelos de cepa vieja, en 3 pueblos distintos, 5 GRAND CRUS que todos los años le sorprendían de lo buenos que eran, viñas pequeñas de muy bajas producciones, uvas que eran vendidas a la prestigiosa bodega Vega Sicilia.
Francisco Barona cuenta con 26 hectáreas de cepa vieja en propiedad. 28 GRAND CRUS plantados entre 1908 y 1948. Cepas de Tinto Fino en su mayoría conviviendo en armonía con garnachas, valencianas, monastreles, albillos y jaenes.
A la viña se la cuida con mucha responsabilidad oficio y pasión. Se trabaja siempre de forma ecológica y respetando los ritmos cósmicos. No se utilizan herbicidas ni plaguicidas químicos, el uso de azufres y cobres es muy limitado.
La viña utiliza sus propios sistemas naturales de defensa para combatir las enfermedades, ayudándola cuando lo requiere con preparados naturales de plantas como la valeriana, ajo, ajenjo, manzanilla, espliego, salvia, cola de caballo, ortiga o canela.
El suelo se mantiene con cubierta vegetal y sin arar durante el otoño, invierno y primavera, lo que permite aumentar la vida de éste y mejorar la nutrición de la planta.